Seguro que ya conoces algo del inglés jurídico, incluso es muy posible que lo utilices con frecuencia en tu trabajo.

Te habrás dado cuenta de lo complejo que es, lo enrevesadas que son sus frases y lo enigmático de algunos de sus términos.

Todo esto son cosas evidentes que son fáciles de detectar, basta con leer un par de párrafos de cualquier texto jurídico redactado en inglés.

Pero, además de estas dificultades evidentes, el inglés jurídico encierra otras muchas dificultades menos aparentes, aunque igual de peligrosas, pues pueden hacernos resbalar con facilidad si no las conocemos.



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